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Nombre: Angel Serafín
Ubicación: Chascomús, Buenos Aires, Argentina

miércoles, mayo 10, 2006

Traspaso: Anuncios y mensajes:

  Así traspaso 

Mis ojos y mi mente se disputan entre la fantasía y la realidad y toda una blanca multitud, silenciosa pasa por delante y coquetean en extravagante procesión.
Y aquí estoy, tras la barrera que más luego he de pasar, como desde niño y como desde siempre cientos de veces la pasé para contemplar las regiones más puras del universo.
Antes desligaré de todas mis intenciones y deseos y sólo a Dios, "al Dios Supremo del bien, del amor, de la sabiduría y la bondad me entregaré".
Dejaré caer hasta el último equipaje que me estorbe para llenarme de pureza extrema y así elevarme al "siempre presente": el mismo presente que los ciegos ojos "aún no pueden ver", ni las mentes entender ni conocer. Viajaré, pasearé y como siempre el Supremo me guiará y junto a ellos me pondrá para jugar y disfrutar de lo que en tierra es imposible jugar y disfrutar.

-¡Inexplicable amor!. -¡Inexplicable alegría! ...¡Extrañas aventuras que pocos entenderán!.

Contemplaré las formas, los colores y las palabras sin escuchar escucharé; las mismas que al regresar he de contar para advertir.

De un momento a otro traspasaré del mundo que me rodea a la materia inexplicable y real.
De un momento a otro ya no lo seré y verdaderamente lo seré.

-- Siento al Supremo que me acaricia y tiende su mano invitándome a pasar.
-- Y es como que ya de mi cuerpo y mi mente empiezo a desprender.
-- Compruebo que todo se vuelve a armonizar de un modo diferente y muy real.
-- Veo los campos y ciudades dormidas, regiones casi inhóspitas y aguas muy tranquilas.
-- Pareciera que todo está dormido o tal vez pronto a despertar.
-- Pareciera otro mundo, otro lugar al que nunca he llegado y sin embargo no es así.
-- Estos campos y ciudades; estas aguas y regiones son el mismo mundo que hasta hace instantes habité.
-- Algo me llama la atención, y son dos niños tomados de las manos.
-- Son muy pequeñas, de entre 6 y 8 años de edad.
-- Ambas están descalzas y sólo visten una larga túnica hasta sus pies, blanca las túnicas, muy blancas.
-- Corren y caminan, caminan y corren, ambas parecen niñas.
-- Sus cabellos son muy finos, lacios y largos y de color amarillo.
-- Corren y caminan, ríen y saltan y siempre prendidas entre manos.
-- Ellas juegan, ríen y con sus pies salpican aguas cristalinas.
-- Y entre ellas se salpican juegan y ríen.
-- De repente ya no las puedo ver. Ellas ya no están.
-- Vuelvo a buscarlas por todas partes, pero no, es en vano, no están.
-- Las aguas que quietas estaban comienzan a moverse cada vez más y con mayor intensidad.
-- Se baten entre sí y se elevan, golpean las paredes de piedra una y otra vez. Las desprenden y las arranca.
-- Las aguas buscan escapar de su lecho enorme y se enfurecen. Golpean por doquier.
-- Tiemblan las paredes que las contienen y desde lo alto ruedan astillas de la tierra y las aguas las devoran.
-- Lo que antes estuviera dormido y en tranquilidad se vuelve batalla de furia y destrucción.
-- Desde los agujeros de las paredes de la tierra salen cuerpos corriendo en desesperación hacia las alturas más altas de las paredes.
-- El agua no logra pasar pero se lleva lo que a su paso encuentra, y después la calma.
-- Todo es calma y silencio. Las aguas también.

-- Por otro lado están los campos; son verdes, muy verdes y sin flor.
-- Suben y bajan y un largo y fino camino gris los monta y se entrelaza como una serpentina que se desliza sin principio y sin fin.
-- A lo alto y por los cielos, y bajo un sol ardiente pasa un pájaro desconocido y enorme.
-- Brilla como el strass y bajo el sol pasa mansamente y silenciosa.
-- Luego se detiene y vuelve a girar en dirección hacia un río que zigzaguea velozmente, y el río brilla en su mover.
-- Ese río desemboca en el mayor de los ríos, en ese río que no brilla y es marrón.
-- El pájaro desciende suavemente y de un aro que despacio gira en su rededor, desde los agujeros del aro salen hilos finos de colores de luz.
-- Los hilos de luz salen y entran y no salen todos a la vez y a la vez todos salen.
-- Desciende suavemente, muy suavemente, sin tocar las aguas ni los campos y de pronto, bruscamente se eleva en dirección vertical hacia arriba, hacia el cielo, en contraria dirección al sol.

-- La ciudad sigue en su sueño primero y no despierta, todo está tranquilo y como antes allí.
-- La ciudad todo lo ignora por ese momento, o lo sabe y prefiere dormir, o simula dormir.

-- A mi derecha y desde la inhóspita tierra de las arenas corre y es perseguido un animal.
-- Ese animal es muy grande y no es oriundo de las arenas ni del lugar.
-- Entre sus manos aprisiona un objeto oscuro. Y corre y se pierde.

-- Miro hacia el cielo, y brújulas espaciales se pierden entre las estrellas.
-- Pedazos de ellas caen como brazas encendidas.

-- Vuelvo a mirar las arenas y una gran pirámide se mueve, se mueve y se desliza lentamente hacia el sur.

-- Otras más pequeñas la siguen.
-- Y las pirámides se deslizan sin deslizar, y viajan sin viajar.
-- De la mayor sale otra mayor, mucho mayor y no es de piedra.
-- La nueva pirámide brilla sin encandilar y hacia el cielo ilumina.
-- Ya no la puedo ver, sólo las de piedras están, y estando quietas no están y se deslizan sin deslizar.

-- Por otro lado, hacia el norte, un gran palacio tiembla, tiembla y se desmorona, cae un símbolo, y al caer, con su antorcha enciende un gran fuego y el fuego devora lo que del palacio quedó.
-- Un gran caimán da sus últimas dentelladas.
-- Y entre sus dientes un águila se desangra.
-- Está herido, muy herido entre los escombros del palacio.
-- Apenas su cabeza del rojo lodo puede sacar.
-- Abre su boca y enfurecido quiere morder. No puede.
-- El gran caimán se ahoga, se ahoga. El gran caimán ya no está.
-- Ya no está el palacio, ni el águila, ni el caimán. Agua, sólo agua.

-- Miro hacia el sur y frente a un lago -¡Oh sorpresa!. Allí la nueva pirámide está.
-- Campo y verde en su rededor. Campo y verde, verde y agua escoltándola están.
-- Campo y verde en su rededor. Campo y verde y montañas no hay.
-- Hacia allí voy. Camino lentamente y voy hacia allí.
-- En cada punta de su base otras pirámides están, son más pequeñas y las 5 pirámides rodeadas de flores están.
-- Entro en la mayor y al entrar, las dos niñas que jugaban y ya no pude ver, delante mío ahora están. Ríen y juegan y sueltas de manos están.
-- Muchos están descalzos y las dos niñas también.
-- Muchos son los niños que jugando adentro están, y por dentro, y en las alturas aves volando están.
-- Y adentro la luz traspasa y las estrellas también.
-- En el centro de la mayor, donde adentro estoy, en su centro brilla una gran piedra y en aguas cristalinas que circulan en arroyo circular los peces nadan.
-- Y bajo la gran piedra 5 descansan: 3 mujeres y 2 hombres.
-- Las niñas no hablan, yo tampoco, y hablamos sin hablar.
-- Y bajo la gran piedra 5 descansando están.
-- 2 mujeres son hijas de uno de los hombres.
-- 1 mujer es madre de uno de los hombres.
-- 1 hombre es padre de los 3.
-- Y la madre no es madre de los 3.

 (2005)
A. Serafín